terça-feira, 2 de abril de 2024

Na Estrada de Montevideu



No final de 1814 foi mandada aprontar uma divisão de voluntários, a ser composta de pouco menos de 5000 militares das três armas, com o objetivo de intervir no sul do Brasil. Este blogue é uma humilde contribuição para o conhecimento da história da Divisão de Voluntários Reais do Príncipe, e depois d'El-Rei, entre 1815 e 1824, assim como das tropas da Capitania do Rio Grande.
A campanha de 1816 foi um esforço conjunto de mais unidades do Exército do Brasil e de Portugal num teatro de operações que ia desde a costa atlântica à costa do rio Uruguai, com quatro colunas distintas.
Apesar de adotar uma perspetiva portuguesa do conflito, este blogue procura também a perspetiva oriental a fim de traçar a mais fiel possível descrição dos acontecimentos desta guerra.

AS BATALHAS
As ações, sítios e batalhas da campanha, com ligação aos artigos disponíveis sobre elas, com ênfase forte nos memorialistas.
AS BIOGRAPHIAS
Em constante atualização, aqui pode encontrar ligações à biografia de alguns dos militares, portugueses e federais.
OS MOMENTOS
Os artigos sobre momentos que não envolvem combate.
OS VOLUNTARIOS
Listas e caracterização dos militares da Divisão dos Voluntários Reais.
AS TÁCTICAS
Os artigos predominantemente da análise tática militar.
AS MEMORIAS
As vozes dos combatentes e testemunhas dos eventos.
UMA BIBLIOGRAPHIA 

1815 | 1816 | 1817 | 1818 | 1819 | 1821 | ... | 1823

Embarque da DVR a 29 de Maio de 1816, na Praia Grande (J. B. Debret)

segunda-feira, 11 de março de 2024

Diario de la Comision cerca de S. E. el Baron de la Laguna (Lucas J. Obes, 17-27 de fevereiro de 1823)

[Autor: Lucas José Obes (1782-1838), Conselheiro de Estado]

[Datas limite: 17 a 27 de fevereiro de 1823]


Febrero de 1823

Dia 17. [Colónia de Sacramento]

Por la noche desembarque en la colonia, y me avisté con los emigrados de Montevideo d. Jose Bejar, d. Geronimo Bianqui, d. Timoteo Ramos, y otros, de quienes supe el estado de la Campaña, y Exercito situado en Canelones.

Dia 18.

Expedí un charque a d. Nicolas Herrera, avisándole de mi arrivo, y objetos que me conducían desde [Rio de] Janeyro en Comision de S. M. Y.

Dia 19.

Visité al cabildo de la Colonia, y demás autoridades, à quienes informe del animo e intención resuelta en que se hallaba S. M., de sostener à sus fieles súbditos de esta Provincia con todas las fuerzas, y recursos del Ymperio, recomendándoles quanto convenia propagar estas ideas para consuelo y satisfacción de los hombres que por un concepto contrario vacilaban en sus opinions.

Dia 20.

No pareciendo contra todos mis cálculos el expreso, que conducia la respuesta de d. Nicolas Herrera a mi aviso del 18, me puse en viage acompañado del Mayor Guizos de ynfanteria, y el capitán de artillería [Joaquim] Felipe Lamprea, ambos europeos, con quienes emplee los mismos oficios que con las autoridades de la colonia, aprovechandome de mi curiosidad, y la de las gentes que me hospedaban en el transito p.ª establecer la opinión conveniente al mejor suceso de la guerra.

Dia 21. [Canelones]

Llegue al Quartel general, y entable mis gestiones empezando por uma entrevista con el Baron de la Laguna [Carlos Frederico Lecor], y el Sindico general don Tomas Garcia de Zuñiga, a quien impuse de los poderosos motivos q.e S. M. Y. havia tenido para mirar con disgusto la conducta del  Baron, y temer que su apatía conduce à su ultima anima los negocios de la provincia que se hallaba presente por lo que haciendo ver el diploma de mi comisión les intime seriamente la necesidad de marchar al enemigo y comenzar las hostilidades, ò declarar que esto no era posible, por que S. M. Y. entonces sabría disponer lo conveniente à la salud del Estado, y el decoro de las armas lastimado por una banda de anarquistas.

No es fácil de concebir la sensacion que hizo este discurso, adornado de reflexiones contra las diferentes validas que podían encerarlo. El Baron expuso q.e al salir de la Plaza solo tenia 200 y mas hombres del continente sin armas, caballos, ni municiones; luego V. E. no debiera salir de la Plaza (le repuse) por que S. M. Y. ordenó este movimiento, como lo dice la carta regia de 20 (?) de Agosto, p.ª estrechar al enemigo dentro de Montevideo, y después obligarlo por hambre a ceder este punto, cosas todas que requieren gente, armas, municiones, etc.ª. El Sindico salió al encuentro de esta observación, diciendo que el Brigadier [Manuel] Marques [de Sousa] se havia iludido creyendo y haciendo creer que tenia ochocientos hombres, y toda posibilidad para romper con el enemigo, hecho que después ha confirmado don Nicolas Herrera, y no desmintió el mismo Sñr. Marquez [Manuel Marques de Sousa]: en conclusión, yo hice presente al Baron, y al mismo Sindico quanto era para extrañar que S. M. Y. hubiese ignorado hasta el día las privaciones de su Exercito del Sud, pues de saberlas seguramente hubiera primero atendido a remedialas, que a embiar cartas Regias excitando las autoridades al cumplimiento imposible de un Reales Mandatos [sic]. Para prueba mostré los transportes detenidos en Maldonado, y no callé las ordenes expedidas últimamente // à las Provincias limítrofes: pero como mi objeto no era hacer de Académico, corté este inútil certamen volviendo à mis principios, que reduxe así: o tenemos, o no tenemos medios p.ª executar lo que S. M. ordena; si lo primero, (ilegível) ya, y la Plaza siente el rigor de un asedio; si no tenemos, dígase con franqueza, y yo me regreso à la corte con esta noticias; pero entiéndase que S. M. Y. aunque no quiere imposibles, desea vencer dificuldades, y para conseguirlo quando así conviene à la gloria del Ymperio, no sabe perdonar sacrificios.

Gastese quanto fuere preciso, pidare lo que falte, que yo me constituyo garante de las revoltas. El Baron disso que estaba à punto de marchar sobre la Plaza con dos mil hombres del continente y la Provincias, y en efecto a las diez de la noche estaban desalojados los quarteles del Canelon con no pequeño placer de quantos se interesan en el mejor servicio de S. M. Y. y el triunfo de sus armas.

Dia 22. [Las Piedras/Canelones]

Me dirigí al Quartel General establecido en las Piedras (cinco leguas del Canelon) y haviendo hecho conocer al Brigadier Marquez la naturaleza de mi comisión, los deseos del Ministerio, y la necesidad urgente de acabar con el enemigo antes que algún suceso inesperado viniese à destruir los trabajos del Exercito, y los planes del Gobierno, convenimos en q.e pasados tres días comenzarían las hostilidades, (…) se tomaría una resolución decisiva conforme à las ordenes de S. M. Y., y aunque este ofrecimiento viniese envuelto en las mismas disculpas que ya expuse, sobre la conducta del Baron, y de cierta acrimonia que fuè preciso calmar [ilegível] por bien perdido el tiempo pasado, à tal que se aprovechase el futuro, volví a Canelones para activar otras operaciones no menos importantes que las del Exercito, aunque de un orden enteramente diverso. Un plan de policía rural para contener à los aspirantes de la Campaña, varios decretos en beneficio del Comercio, un periódico, etc.ª etc.ª eran los objetos que me llamaban à este punto.

Dia 23. [Canelones]

Lo pase en Canelones.

Dia 24.

Volví al Quartel General, observé su situación, y pareciendome oportuno repetir mis gestiones con el Sindico le insté para de su parte instase por un movimiento sobre los puestos casi abandonados del enemigo, no solo para probar la disposición del Exercito Ymperial, y quitar à la Plaza los ganados del vecindario inmediato que pasaría de 3000 cabezas dino para impedir que se armase la milicia del contra-muro, obligada por los anarquistas à desmentir su decision por el orden y la paz del territorio. El Sindico me aseguró que se proyectava un movimiento, y yo habiendo [ilegível] al Baron las providencias del numero 1, regrcie [sic] con la orden para ponelas en planta.

Dia 25.

Celebre una reunion de los señores oidor Decano d. Nicolas Herrera, Yntendente Antonio Gerardo Curado, oidor d. Fran.co Xavier Garcia de Zuñiga, y el coronel graduado Jose Pedro d’Oliveira, y haviendoles expuesto mis ideas relativas al movimiento que disse antes, y en general discutido las que cada uno se ha formado en orden al plan de campaña, resolvimos que el Sñr Garcia pasase al campamento, y tuviese una explicacion franca con el Sindico su hermano para que este hiciera presente al Baron de la Laguna quanto se arriesgaba en demorar un momento las hostilidades quando de ellas solamente y no solo de la política dependía la salud del Estado.

Dia 26.

Regresó Garcia com noticias positivas del movimento que devía executarse á las doce de la noche, circunstancia por la que suspendí los ofícios num.os 2.º e 3.º, que tendrian aviso en el momento, que parezca preciso para los fines de mi contento.

Dia 27.

Corren noticias de haverse movido el Exercito à las dos de la mañana, pero los detalles son tan confusos e inciertos que no me atrevo à comunicarlos sin la confirmación que se espera por instantes.

Esta acaba de llegar ahora que son las siete de la noche, y el movimiento se hizo llamando la atención el grueso del Exercito Ymperial al del enemigo en frente de su posición, mientras una división de 600 hombres al mando del coronel d. Frutos Rivera entró por un flanco dentro de la línea, y tomó sobre mil y seiscientas cabezas de ganado, tornando unos y otros à sua primeras posiciones después de algún fuego en que hubo siete heridos de la Division del Brigadier Barreto, y un oficial pririonero de las guerillas de los anarquistas.

De la Plaza escriben que d. Alvaro da Costa ha ordenado al consulado despida los transportes que para el retorno de la Division se aprestaron en B.os Ayr.es y Montevideo, y que allí corren voces de estar à la vista de Maldonado la esquadra ymperial.

Canelon, febr.º 21 de 1823

L. Obes


Fonte

Arquivo Histórico do Itamaraty, BR DFMRE RIO-AHI-SNEIB-FIM-ROPFJ-Prov-Cis-Info_M242-L04-P04_1823-02